3:30 de la mañana

...caminando por las calles de Santiago centro con un grupo de amigos después de una muy agradable velada en un lugar común y corriente (con un cierto dejo de brisa sureña y olor a alerce). La noche era helada y la lluvia se hacia presente, el frió calaba los huesos, pero la adrenalina liberada por nuestros cuerpos extasiados al sonido de las trompetas nocturnas provenientes de alguna neblina sepulcral, nos permitía seguir adelante en busca de nuestro único objetivo en común: encontrar un sitio que de lugar a las bacanales del macho cabrío y las fiestas dionisiacas con un acrecentado sabor a cuerpo.

Todo estaba al servicio de nosotros, la noche ya era nuestra. Nada podía salir diferente, hasta que de pronto, entre medio de la penumbra, aparece una sombra. Al acercarse a mi comienza a materializarse en un hombre de edad adulta con una gran chaqueta que lo cubría de los pies hasta la boca (misterioso ser que me recordó a Orco ). Sólo vastó una mirada y un gesto para dejarme súbitamente perplejo y lleno de dudas. Me agarra la mano y deposita en ella un libro, al igual que lo hace un padre al entregarle al desconocido muchacho su hija.

Sin palabras ni nada más que decir comienzo a caminar y, cuando me doy vuelta para ver si estaba aquel hombre, las tinieblas sepulcrales se lo habían llevado. Desde ese momento sólo pude ver frente a mi una carátula verde agua con dos rosas prominentes que se entrelazaban entre si. De ahí en forma de epitafio leo las siguiente palabras: "Las Rosas Sorprendidas", siendo yo finalmente el más sorprendido al leer Moises H. Vallejos Muñoz. Fue ahí donde se me presentó la oportunidad de mirar a través de una nueva ventana, que me ofrecía un lugar desconocido que me sacaría de esa noche llevándome a un nuevo mundo. Con mis amigos ya estábamos donde queríamos estar, pero la sensación de intranquilidad por ver todo lo que había detrás de esa ventana, produjo que mis glándulas sudorípidas comenzaran a descontrolarse. La ansiedad me hacia una nudo en la garganta y en las únicas cosas que podía pensar era irme y salir de ahí.

Como no tuve tal coraje, simplemente me encerré en un baño y de ahí en adelante comenzó el verdadero viaje de esa noche.

El Destino del Hombre:

El hombre, como todas las cosas, tiene un destino, pero a diferencia de esas otras cosas o de los otros seres tiene un alma que le permite hacer ese destino: realizar en si mismo la libertad. Porque eso busca el hombre: su libertad. Pero, ¿por qué el hombre no es libre? ¿por qué vive amarrado a tantas cosas? ¡Yo sé! ¡Porque el hombre así lo quiere! De todas las infinitas posibilidades de que dispuso escogió para expresarse aquellas que le brindaron la mejor oportunidad de lucha. Aquel campo en que se puede ser vencedor o vencido, aquel en que la inseguridad le obliga a poner en juego todas sus potencialidades para no ser el, el perdedor. En la medida en que se entrega a esta lucha por conservar en libertad lo que ha creado, el hombre disfruta de que todo no este sujeto a su mano, sino que le enfrente con iguales posibilidades de derrotarlo e incorporarlo a la muerte. Si hubiéramos sido creados por otro Dios distinto y ajeno a nosotros seguramente habríamos tenido la perfección que somos capaces de imaginar; de una vez y para siempre. Pero, ¿que de nuestra decisión para ser lo que nosotros queremos ser? ¿que de NUESTRA libertad? Hay algo único en el hombre y es esa capacidad para ser individualmente.¡Para construirse y construir el todo.En libertad!


Moisés H. Vallejos Muñoz




Luego de tan descomunal viaje lleno de ansiedades y vertiginosos caminos mentales, y a pesar de que la gente creía que un hombre había muerto en el baño producto de algún coma etílico. La noche había acabado dando paso al alba. Luego de un instante me fui reencontrando con los cuerpos sudados de mis amigos que aún mostraban signos del hálito intenso que dejaron esa noche acompañados de las ninfas concubinas (algún día se explicará en detalle, digno de otra historia). Me di cuenta que a pesar de que no conocía al hombre detrás de la ventana en un primer instante, terminamos siendo muy amigos sus pensamientos y yo. Al igual que este trozo de texto que me marcó y que quise compartir con ustedes, desde un completo desconocido a un pensamiento amigo. Por lo demás, si la única forma de adquirir este libro es a través de Orco, créanme que sera una gran aventura de principio a final. Completamente recomendable. Un libro que nos habla a través de una mirada profundamente humana que, a su vez, se sensibiliza para hablar de las libertades del hombre en esta tierra y sus semejantes, mediante pensamientos con un dulce sabor a tiempo.